¿Qué dicen los búhos?
NOVENA EDICIÓN | 01 ABRIL, 2022
Reflexiones que han continuado
El 6 de agosto de 2014 México sufrió uno de los peores desastres ambientales a causa de un derrame minero. Fallas en las instalaciones de la mina Buenavista del Cobre, perteneciente a la empresa Grupo México, en Cananea, Sonora, dedicada a la extracción de cobre y molibdeno, ocasionó el derrame de 40,000 m3 de lixiviados de sulfato de cobre acidulado en el Arroyo Tinajas, fluyendo desde los ríos Bacanuchi y Sonora –un río que recorre 420 Km del estado de Sonora– hasta la presa el Molinito, que surte de agua a la ciudad de Hermosillo; la capital del estado.
Dra. Liz Ileana Rodríguez Gámez
Es Doctora en Geografía por la University of Arizona, y Miembro del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) Nivel I. Actualmente es Profesora‐investigadora Titular C, adscrita al Centro de Estudios del Desarrollo en El Colegio de Sonora y docente en la Universidad de Sonora (URC).
Por Liz Ileana Rodríguez Gámez*
El derrame causó la afectación de cuatro cuerpos de agua y según datos de la Comisión para la Prevención contra Riesgos Sanitarios (COFEPRIS), en términos sociales y económicos implicó pérdidas para los agricultores de la cuenca y daños en la salud de 270 personas. ¿Cuál fue el impacto económico del derrame del río Sonora? Esta fue la pregunta con la qué inició el proyecto de Investigación, liderado por la Dra. Liz Ileana Rodríguez Gámez, que resultaría y se transformaría en una obra colaborativa y multidisciplinar titulada «Minería y Sociedad en el río Sonora. Diálogos sobre Desarrollo, Sostenibilidad e inclusión».
«Una de las tantas cosas que uno aprende cuando se desarrollan proyectos de este tipo,
es precisamente que si uno lo ve desde una sola disciplina; como se había planteado en
un inicio; desde un aspecto tan técnico como la valoración económica, las conclusiones
serían limitadas».
Dra. Liz Ileana Rodríguez Gámez, coordinadora del libro «Minería y Sociedad en el río Sonora.
Diálogos sobre Desarrollo, Sostenibilidad e inclusión».
En entrevista para ¿Qué dicen los Búhos?, y a propósito de la presentación de su nuevo libro, la Dra. Rodríguez nos compartió cómo fue que esta obra logró, por un lado, sistematizar las investigaciones sociales en torno al derrame en el río Sonora, y por otro, trascender al área de la discusión; pues ofrece al lector argumentos y conclusiones para enriquecer el debate al respecto.
«Cuando haces trabajo de campo y escuchas a quienes pocas veces tienen una voz
a un nivel tal que pueda alcanzar a ciertas autoridades o actores para conseguir
un cambio sustantivo, se da una de las partes más ricas y uno de los aprendizajes
más valiosos de los proyectos de investigación en general».
Dra. Liz Ileana Rodríguez Gámez, coordinadora del libro «Minería y Sociedad en el río Sonora.
Diálogos sobre Desarrollo, Sostenibilidad e inclusión».
Tal vez este derrame no ha sido el primero o el más grave en Sonora, no podemos saberlo. Los registros en los medios de comunicaciones no permanecen disponibles por siempre y menos en nuestra memoria. Por ello, el objetivo del libro no es solo el de ofrecer argumentos al lector para que decida si puede –o debería– seguirse practicando la actividad minera a partir de un aporte matizado. También se buscó dejar evidencia del hecho.
A continuación, presentamos fragmentos y reflexiones destacadas sobre la conversación que sostuvimos con la Dra. Rodríguez.
¿Por qué un libro?
En los artículos y revistas científicas ocurre un gran problema: el límite de espacio o cuartillas que se pueden escribir. Los libros, en cambio, te dan la libertad de explicar con lujo de detalles y tratar que esas voces que escuchaste, y que te retroalimentaron respecto a la problemática y al análisis, estén reflejadas en la publicación. Las ciencias sociales no son nada, si no incorporan este tipo de investigación. En la introducción dejamos un agradecimiento muy especial a todas las personas que conversaron con nosotros.
¿Cómo se desarrolló la investigación?
Elaboramos una encuesta para analizar la percepción de la población respecto a la minería y la aplicamos a partir de un muestreo que realizamos en los municipios del río Sonora y Cananea. Nos dimos cuenta de que la población tiene diferentes puntos de vista respecto a la minería. Por un lado, son conscientes de que la minería genera empleos, pero por otro, son conscientes que no son empleos a los que ellos puedan acceder (son población adulta, con bajo nivel educativo). A lo que más aspiran es que la dinámica que se genera en la comunidad les permita beneficiarse de realizar alguna actividad de servicios o de comercio para atender a la dinámica generada por la actividad minera. Es decir, no les llega derrama económica a través del empleo directo, sino a través de actividades de servicios o comercio de baja cualificación, de bajo valor agregado, vinculadas con la minería.
¿Qué encontraremos en cada capítulo?
El orden en que están los capítulos tiene como intención iniciar con una discusión del discurso ya conocido sobre la actividad minera: acerca de los beneficios o de la derrama que genera, e ir avanzando hacia los nuevos aportes acerca de a donde debe dirigirse esta actividad.
El primer capítulo, elaborado por María del Rosario Fátima Robles y por Blanca Esthela Lara Enríquez, habla de las limitaciones de la política tributaria en México. Analiza la disyuntiva de si realmente las contribuciones de la actividad minera en términos de la política tributaria representan beneficios para México y cuáles serían las limitaciones de esta política tributaria.
En el segundo, se continúa con el tema de la política tributaria. En el, Ana Melissa Aguirre Loreto compara el Fondo para el Desarrollo de Zonas de Producción Minera de México con el Canon minero de Perú, dos programas que tienen un funcionamiento similar: las rentas mineras que se recolectan se destinan a inversiones específicas en las comunidades mineras. Específicamente, analiza la distribución de estos recursos en México del 2014-2017.
Fuente: Recuperado de Internet.
El capítulo «Riesgos, amenazas y desastres en la minería a cielo abierto y subterránea» de Yuriria Orozco Martínez y una servidora analiza cómo la actividad minera, por el hecho de ser una actividad extractiva, lleva inmersa amenazas y riesgos. Se analizaron las operaciones mineras tanto en los yacimientos a cielo abierto como subterráneos, así como algunas de las amenazas y riesgos más comunes. Se realizó un listado de todos los riesgos y accidentes emblemáticos que han ocurrido en el sector. Evidenciando que estos son más cotidianos de lo que se piensa.
Le sigue el capítulo titulado «Minería rural y ecología política feminista en Cucurpe, Sonora» escrito por América Nallely Lutz Ley, quien revisó la interacción que tiene la minería con la sociedad desde una óptica de género, específicamente cómo la incorporación de la mujer en el sector minero presenta diferentes retos. A través de algunas entrevistas a mujeres vinculadas a las actividades mineras en Cucurpe, fue encontrando cómo han sido las experiencias, aprendizajes y problemáticas de las mujeres al incorporarse a un sector como el minero.
En el capítulo «periodismo de desastres: el caso del derrame de tóxicos sobre el río Sonora» de Diuber Farías Aúcar y una servidora se analiza el periodismo de desastres en México. En particular, el caso de Uniradio Noticias, medio que cubrió puntualmente la contingencia del derrame del río Sonora. Cuya investigación los galardonaría con el Premio Nacional de Periodismo 2014. El autor desarrolla que el periodismo de desastres es una clase de periodismo que se realiza poco en México, por un lado, como resultado de la formación, capacitación y profesionalización de los propios medios de comunicación, y por otro, producto del control económico que ejercen las empresas sobre la prensa.
En un capítulo posterior, María Fernanda Ibarra Barreras habla sobre «Derechos socio ambientales y actividad mineral: el caso del río Sonora». En el, analiza cómo la Constitución y la Ley Minera: los principales ordenamientos jurídicos en materia de actividad minera son prácticamente letra muerta en lo que a derechos sociales, individuales e incluso ambientales respecta. En particular, discute cómo las reformas realizadas a Ley Minera dejan de lado toda perspectiva de derechos socio ambientales.
En el capítulo «Extractivismo, conflicto socio ambiental y sociedad civil en el río Sonora» Crisel Yalitze Lugo-Gil analiza –a partir de un intenso trabajo de campo– la trayectoria de la sociedad civil en el río Sonora, y cómo esta se fortaleció por otras organizaciones a lo largo del país para defender los derechos socio ambientales.
La parte final del libro se integra por dos capítulos que hacen un análisis de la responsabilidad social-empresarial. La responsabilidad social es todo un enfoque que tiene que ver, de manera muy general, con la responsabilidad que tiene el sector empresarial hacia la sociedad para que las empresas traten, en un primer momento, de congraciarse con sus consumidores y con una comunidad más amplia.
A raíz del derrame en el 2014 y el derrumbe en Pasta de Conchos, Grupo México comenzó a desarrollar acciones de responsabilidad social: creó varios programas y comenzó toda una estrategia de difusión en redes sociales. En el capítulo «Imagen y reputación corporativa en la industria minera de Sonora: un análisis de medios sociales», Lilian Griselda Almaguer Acosta, María del Carmen Rodríguez López y su servidora, realizamos un análisis de cómo las principales empresas mineras no solo de la región, sino de Sonora se comunican con la sociedad y qué tipo de información es la que publican para perfilar sus discursos en torno a la responsabilidad social.
Sabemos que la minería es, por definición, una actividad no sustentable. No obstante, encontramos que uno de los discursos aludidos repetidamente por las empresas mineras es el de una actividad que emplea procesos sustentables. Sugiriendo que la actividad minera puede convertirse en una actividad sustentable porque recicla agua, utiliza energías verdes, etc. Tratan de romper el discurso de que la minería es una actividad que explota recursos no renovables para ganarse la aprobación de la sociedad.
En el último capítulo titulado «Responsabilidad Social Empresarial de la intención a las acciones. El caso de Grupo México en Sonora» Lorenia Velásquez Contreras Y Ernestina Arvizu Armenta continúan con el tema de la responsabilidad social y retoman el programa Casa Grande como caso de estudio. Un programa de vinculación social a partir del cual Grupo México promociona la formación cultural de la sociedad.
Las autoras destacan que las empresas mineras ven a «la responsabilidad social» como un mecanismo para obtener lo que en otros países se conoce como la «licencia social para operar». En países como Australia, donde la actividad minera es importante, las empresas deben tener el visto bueno expreso de la comunidad donde van a instalarse para operar. En México no existe tal cosa. De hecho, ni siquiera se realiza una consulta social, cuando la legislación establece con claridad que debe incluirse en el estudio de impacto ambiental de todo proyecto de infraestructura. Sin embargo, la sociedad es la primera que recibe los efectos negativos de la actividad.
¿Diría que la actividad minera debe cancelar sus operaciones?
No. En ningún momento se está diciendo que la minería debería cancelarse. Estamos conscientes de que los productos que se generan de esta actividad, no solo el mineral, sino todo lo que se elabora con el cobre, oro y la plata, son necesarios. La discusión, más bien, está encaminada hacia el tema del desarrollo, a cómo lo podemos hacer mejor: de una manera sustentable e inclusiva.
¿Qué reflexiones se lleva?
El tema de los impactos de la actividad minera en la sociedad es un muy rico. Este libro es un primer acercamiento al fenómeno. Lo que encontrarán será un subproducto de una investigación. En realidad, todos los productos de la investigación son subproductos en la medida que una persona no termina de contestar algunas preguntas o completar una línea de investigación. No necesariamente encontrarán las reflexiones que he compartido en el libro. No obstante, son reflexiones que tuvieron su semilla en este material. Son reflexiones que han continuado.
Minería y Sociedad en el río Sonora.
Diálogos sobre desarrollo, sostenibilidad e inclusión.
El 6 de agosto de 2014 ocurrió el peor desastre ambiental en la historia de la minería en México: se derramaron 40 000 m3 de solución de sulfato de cobre acidulado al sistema hídrico de la cuenca alta del río Sonora. Esta obra colectiva busca sistematizar y difundir en la sociedad un conjunto de estudios inéditos que, desde las ciencias sociales, se han desarrollado a partir del análisis de esta contingencia ambiental y sus consecuencias.