¿Qué dicen los búhos?
SEXTA EDICIÓN | 20 OCTUBRE, 2021
¿De dónde viene el dinero?
En la obra titulada Where does money come from? Ryan-Collins y Richard Werner se proponen el admirable objetivo de sintetizar el funcionamiento de todo el sistema bancario en términos simples. Este libro es una excelente exposición de como funciona la banca en el mundo real y explica la naturaleza del dinero como medio de intercambio. El día de hoy me gustaría discutirlo con ustedes.
Por Arnoldo Gutiérrez Majalca
Estudiante de la Licenciatura en Economía en la Universidad de Sonora.
Por Arnoldo Gutiérrez Majalca*
Es una pena reconocer que algunos conceptos básicos del dinero y la banca pasan desapercibidos por la persona de a pie, incluso por los académicos y hasta políticos encargados de dirigir la economía de un país. Según el libro, el 33 % de los británicos no sabía algo esencial como que el dinero que depositan en los bancos es usado por el mismo para realizar movimientos y transacciones.
El origen el dinero es una discusión polémica. La posición ortodoxa, por un lado, sugiere que este surgió como el medio de intercambio estándar establecido en el mercado de las civilizaciones antiguas, las cuales tomarían al dinero-metal como único establecido por los gobiernos gracias a su naturaleza imperecedera, buen valor y fácil transporte.
Sin embargo, existen otras corrientes, como el cartalismo, que propone la aparición del dinero como el medio de intercambio aceptado como pago de impuestos. Y es que existe evidencia de que la actividad bancaria empezó a existir mucho antes de que surgiera el dinero metálico, incluso cosas como el ganado fueron un estándar general y ampliamente aceptado durante mucho tiempo.
Al respecto, Paul Einzig declara que un antecedente al cartalismo existía dentro de las instituciones religiosas de los pueblos antiguos, las cuales empezaron a estandarizar el medio de pago del tributo que exigían. Este derecho sería adjudicado por los gobiernos de las ciudades-estado. Todo este concepto está ligado a otra teoría: la del dinero-crédito, la cual sostiene que el dinero es deuda, una representación de la responsabilidad adquirida en el momento del intercambio; la base monetaria no es más que un pagaré que el Estado emite para los agentes económicos.
Uno podría preguntarse cómo el sistema actual puede contener tanto dinero en depósitos, es decir, números en libros contables o contenidos digitalmente, mientras que el dinero en efectivo o físico es apenas una pequeñísima fracción. Como sabemos, el crédito es un instrumento que permite a los individuos u organizaciones disponer de dinero que necesitan, pero no tienen. La teoría heterodoxa explicaría que los bancos utilizan los depósitos en propiedad para realizar el préstamo, limitados por un coeficiente de caja que exige que estos guarden cierto porcentaje de los depósitos en el banco central.
La realidad no podría ser más distinta. El crédito faculta a los bancos comerciales para crear dinero desde la nada, ex nihilo. El sistema económico no tiene la paciencia para esperar que los depositantes dejen su dinero para que los bancos puedan emitir préstamos. En la realidad cuando uno solicita esto los bancos llanamente escriben (o digitan) los números correspondientes inmediatamente en una partida doble: en la cuenta del cliente como un abono y un cargo (más el interés), y en su propia cuenta de manera contraria. Esto constituye el sistema de reserva fraccional.
Fuente: Recuperada de la Web.
Así de sorprendentemente simple es este proceso. Nuevo dinero aparece como resultado de escribir números de una transacción tan sencilla como pedir prestado a una institución comercial. Por ello, existen ciertos límites establecidos por el Estado como el ya mencionado coeficiente de caja, limites mínimos para la reserva en efectivo, ciertos márgenes de acción con sus activos para evitar la insolvencia y la iliquidez, políticas para dirigir los movimientos interbancarios, por nombrar algunos.
Los bancos también prestan dinero a otros bancos, con una tasa de interés casi siempre menor que el que ofrecen en el mercado comercial. En el papel, los bancos transfieren las sumas acordadas mediante el banco central como intermediario, sumando y restando reservas de las instituciones correspondientes. Pero en la práctica esto alentaría demasiado el sistema, por lo que sencillamente hacen todos sus movimientos de manera directa y al final del día presentan sus balances al banco central para que este registre el resultado de todas las transacciones. Los bancos no solo se prestan depósitos o venden efectivo, sino que también intercambian activos financieros siendo los bonos del gobierno el ejemplo más emblemático.
Las instituciones bancarias, además de buscar maximizar los beneficios, también revisan constantemente dos indicadores ya mencionados: la liquidez y la solvencia. El primer termino hace referencia a la capacidad que tienen de cubrir sus responsabilidades, por lo que tratarán de mantener un cierto nivel de activos líquidos realizando más prestamos o vendiendo sus activos (como los bonos) en el mercado interbancario. El segundo señala su capacidad para amortizar la posible perdida que sus activos le provoquen, por lo que tienden a facilitar aquellos créditos menos riesgos, como una hipoteca, mientras que tienen cierta aversión a prestar a empresas no financieras, las cuales no pueden ofrecer alguna seguridad para el banco en caso de no poder pagar su deuda.
Todo esto representa un problema. Es evidente que los bancos siempre tendrán preferencia para relacionarse con actividades financieras no productivas, para asegurar sus ganancias y evitar el mayor riesgo posible. El crédito dirigido al consumo se lleva gran parte del dinero creado, lo que significa que el crecimiento de la producción apenas puede respaldar el aumento de la masa monetaria.
Frente a las crisis, los gobiernos modernos suelen recurrir a instrumentos como la expansión cuantitativa (QE) o dar créditos a una tasa de descuento. Estas dos acciones podrían necesitar un ensayo entero por lo que nos limitaremos solo a mencionarlos. Las propuestas de reforma como el sistema de reserva 100% son un objeto de debate constante que aún no encuentran lugar de aplicación.
Referencias
Collins, J. & Goodhart, C. (2012). Where does money come from? : a guide to the UK monetary and banking system. London: New Economics Foundation.